Las mentiras, por muy «piadosas» que sean, siguen siendo mentiras.
Nos hemos acostumbrado a acuñar el concepto de «piadoso» a la mentira, que suaviza tanto el significado que a veces parece que casi tenemos que pedir perdón porque nos han mentido.
La mentira piadosa es un una arma muy común en la manera de actuar de los enfermos alcohólicos: se miente para…
Se miente en las cantidades: Mentimos (los alcohólicos) por vergüenza, por miedo a las represalias, para no preocupar, … siempre decimos la mitad de la mitad cuando nos preguntan cuánto hemos bebido.
Mentimos en el tiempo dedicado al consumo: si hemos estado horas, diremos que sólo ha sido un rato y porque nos han liado.
Mentimos con quién y dónde estamos, porque eso sería delatar lo que hemos hecho en realidad.
Mentimos hasta para mentir.
Así se comienza, una mentira tras otra a medida que vamos alargando y adquiriendo trayectoria en el consumo, para no inquietar o ser descubiertos hasta que llega un día que de tanto mentir ya no discernimos de lo que es real o no.
Las «mentiras piadosas», esas que decimos como excusa creyendo que no son tan dolorosas porque están justificadas, en el alcoholismo son autopistas que de piadosas no tienen nada. Verdaderas autopistas al infierno.
1 Comment
Deja un comentario
Debes iniciar sesión para escribir un comentario.
Cuando enfermamos,la propia enfermedad nos convierte,entre otras cosas en mentirosos, ya que necesitamos mentir para seguir consumiendo,en mi caso, las mentiras piadosas se convirtieron en una doble vida en la que el consumo era una parte y el iLeer más ..