Las lagunas mentales (no sé cómo llegué a casa…)
Una de las partes más preocupantes e interesantes de la sintomatología de esta enfermedad.
A todos «nos hace mucha gracia» las anécdotas que se exageran y magnifican cuando abusamos del alcohol y les damos un toque cómico para que resulten divertidas, pero la realidad es que de gracia o cómico no tiene absolutamente nada.
Uno de los episodios para «hacer reír» a los que más se recurre es el de las famosas «lagunas mentales» o situaciones temporales de las que no nos acordamos y hemos actuado o funcionado con el piloto automático.
Las lagunas mentales (no sé donde aparqué, como llegué a casa, no recuerdo dónde ni con quién estuve, …) es uno de los síntomas más preocupantes de la enfermedad.
Casi todo bebedor de alcohol aunque no sea alcohólico, habrá tenido algún episodio ocasional a lo largo de su trayectoria de consumo. Pero la gravedad está en cuando estos episodios comienzan a ser frecuentes y los normalizamos.
Un resumen de la explicación científica de por qué sucede esto según los expertos es porque el cerebro adquiere tolerancia a largo plazo y cómo más estemos acostumbrados a beber y emborracharnos (intoxicarnos) el cerebro desarrollará una capacidad para funcionar con normalidad incluso con una alta concentración de alcohol en sangre.( Personalmente me da escalofríos saberlo porque me ratifica la idea de que el alcoholismo y abuso de alcohol es una de las enfermedades más tramposas y que más nos sabotean).
Pero más allá del porqué suceden, me interesa y me importa el porqué permitimos que siga sucediendo.
Una laguna mental asusta y genera mucha ansiedad. No es ninguna broma ni nada gracioso. Es una anomalía causada por el abuso. Por eso, cuando tenemos con frecuencia este tipo de lagunas o cada vez que salimos y abusamos o perdemos el control, estamos entrando en la autopista hacia el infierno; el alcoholismo.
Si tienes lagunas, … ¡Para el consumo y pide ayuda buscando tratamiento!