Las lágrimas contenidas.
Si tuviéramos que definir resumidamente el estado de las personas que «padecen» nuestro alcoholismo sería con un par de palabras. «En vilo».
Me dirijo por norma a los familiares porque soy ellos los que realmente se interesan,leen,informan,preguntan, y quieren saber. Muchas veces esta actitud de querer entender o comprender en una sola lectura o visita a un profesional,más que ayudar,desespera y produce una gran impotencia.
Además,hay que añadirle la confusión que crea tanta información diversa y dispersa.
Por otra parte,el enfermo con su negación y no aceptación del problema,carga todavía más ese conflicto y crea más dudas en el asunto.
El alcohol es un ladrón de vidas
Cuando el alcohol entra en una casa para quedarse,viene a robarle la vida a los que van a convivir con él. No sólo es el enfermo quien sufre las consecuencias,sino los familiares y entorno.
Pero la clave de toda esa mezcla y contraste de sensaciones y emociones que genera tanta rabia,dolor,rencor, e inquietud está en el enfermo:Si el no quiere dejarse ayudar,entender, o comprender, …todo lo demás es en vano.
Entonces el familiar queda relegado a la figura de espectador.
Toda esta situación conflictiva y progresiva va generando una tensión enorme donde muchas emociones primarias y complejas se van conteniendo:la rabia,ira,odio,asco,vergüenza,impotencia,…
Al final,el desenlace diario que se repite sin cesar y sin vislumbrar el final es que el enfermo sigue consumiendo y el familiar continua preocupándose. Es una situación de angustia que parece no tener nunca fin,lo que todavía lo empeora.
El familiar acaba «adaptándose» condicionadamente por la enfermedad del bebedor. Va conteniéndose y acumulando,enfermando al mismo tiempo.
Las lágrimas son contenidas y acumulativas.
Después vienen los porqués de la evidencia y ahí es cuando los alcohólicos sacamos (aquí cambio de persona y me incluyo como alcohólico que soy) la parte más cruel de nuestra enfermedad atreviéndonos a enfadarnos y sentirnos ofendidos,exigiendo un por qué de esa actitud de desprecio hacia nosotros.
Realmente cada día estoy más convencido que el trabajo de la recuperación alcohólica empieza por la humildad de la gratitud: Si no somos capaces de entender lo que hemos arrastrado con nuestro consumo, …dudo que seamos capaces de conseguir cambiar el beber por el vivir.