Las flores del mal

 

«No regales flores,regala un tratamiento» mica

Detrás de una borrachera,una juerga,un exceso o una intoxicación vienen las consecuencias verdaderas y atroces que la apariencia esconde.

Sale todo aquello que nadie quiere contar. Todo lo que ya no tiene que ver con divertido,simpático,alegre,afable o distendido.

Del ambiente festivo se pasa,tras un período de «no descanso» (dormir la mona),el mal humor,la inestabilidad,agresividad,enfado con el mundo,irritabilidad y ansiedad.

La «flagelación psicológica» posterior,llena de vergüenza,arrepentimiento,remordimiento y culpabilidad,da paso a las típicas y tópicas expresiones que todos conocemos de sobra: » No lo volverá a hacer más,te lo juro,te lo prometo…»

Pero automáticamente,la mente de un alcohólico se pone a trabajar.

¿Cómo? Pues cómo siempre:desarrollando toda su capacidad de trama y manipulación.

El primer paso suele ser «el arrastre» (este concepto,el propio alcohólico no lo ve o se da cuenta,pero es una de las fases más patéticas de esta enfermedad. Se arrastra como un vulgar reptil,se deja la dignidad y los principios,y suplica otra oportunidad).

Este «arrastre» es totalmente premeditado. No sale del corazón,sino de la mente alcohólica.

Necesitamos el perdón inmediato antes de que pase un tiempo,la cosa se enfríe,y el familiar tenga capacidad de reaccionar.

Es ahí,cuando faltos de dignidad y haciendo gala de una cobardía impresionante,pretendemos «comprar» los sentimientos tan y tan lastimados de las personas que nos quieren.

Para poner un ejemplo que todos entendemos … es cuando se regalan flores.

¡Flores del mal! Flores de seducción barata,flores llenas de mentira.

¡Qué no os regalen flores ni falsas promesas,no caigáis una y otra vez en la trampa! Como he dicho en la frase inicial,si os quieren de verdad …que os hagan el mejor regalo que puede hacer un enfermo alcohólico a sus seres queridos:ponerse en tratamiento y recuperarse.