La prepotencia y sensación de autosuficiencia …
… son malas aliadas.
Es tal vez uno de los síntomas más característicos de la actitud de una persona que está enfermando o corre el riesgo de hacerlo.
Una actitud chulesca, prepotente, arrogante y soberbia de sensación de total control o no necesitar a nadie para que le ayuden porque piensa que él/ella no lo necesita, es una conducta alcohólica muy propia de la enfermedad.
Cuando alcanzas esta fase, te conviertes en impenetrable: Los reproches, las recriminaciones, las constantes advertencias, … te resbalan.
Es como si la cabeza ya hubiera dado un vuelco. La situación está bajo el control del alcohol y todo lo que te puedan decir, … te entra por una oreja y te sale por la otra.
Aquí comienza el auténtico declive. Cuando los demás ya se dan cuenta de que es inútil hablarte o se desgastan de hacerlo continuamente.
En esta fase, el crecimiento y desarrollo de la enfermedad (las conductas que las manifiesta) va en aumento y nuestra mente se ve cada vez más saboteada.
Entramos en un período crítico: incapaces de tener humildad, creer o simplemente escuchar lo que nos dicen, minimizar y desdramatizar todo eso que dicen de nosotros, compararnos con que los demás consumen, entrar en la paranoia de que la han tomado con nosotros, etc.
No nos engañemos, son los efectos del alcohol y la necesidad de ellos lo que nos convierten de esta manera.
Por eso, existe tanta dificultad en aceptar y reconocer la enfermedad, aunque las evidencias sean más que claras y demostradas.
Lo dicho: ¿Prepotencia, autosuficiencia,…? ¡Muy mal síntoma!
2 Comments
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Recuerdo perfectamente virvir esta historia, es como estar en otro mundo, en otro libro..es una falsa sensacion de seguridad que te aisla totalmente de la verdadera realidad.Leer más ..
Francisco Antonio López García