¿ Por qué la «pagan» los más cercanos y quiénes más le quieren?

Esta pregunta, se la están planteando continuamente infinidad de familias que padecen las verdaderas consecuencias del abuso del consumo o de la enfermedad del alcoholismo de algún familiar: ¿ Por qué a nosotros?

Los alcohólicos tenemos un «radar mágico»: La enfermedad nos ha programado y diseñado para joder y molestar. Este radar, detecta la sensibilidad, la tolerancia y la capacidad de manipulación del resto de personas que conviven con nosotros (ya sea en el entorno familiar, social o laboral).

Obviamente no vamos a los del exterior porque estos, a la primera que nos calen, nos mandarán a la mierda.

Sin embargo, nuestros familiares están siempre ahí: Molestos, enfadados, decepcionados, cansados de aguantarnos pero siempre siguen ahí, lo que les convierte en el centro de la diana: pedir ayuda económica, llorar en sus hombros nuestros bajones, cargarles con nuestra inestabilidad emocional, y poder justificarnos con cuentos, mentiras y excusas.

A medida que alguno de ellos «se atreve» a plantarnos cara y decirnos la verdad, enseguida lo convertimos en una amenaza o un objetivo no deseable y lo evitamos. Pero, a los pobres que una, otra, y otra vez caen en  nuestra red de excusas y rollos, a esos les machacamos, les hacemos chantaje emocional, les culpamos, les agredimos u ofendemos con insultos, les traicionamos, etc.

¿Entonces, si los culpables somos nosotros los alcohólicos, por qué la pagamos con los otros?

Simple y llanamente porque nuestra enfermedad nos convierte en muy cobardes y dependientes con la necesidad de cargar nuestra amargura y frustración sobre alguien. En este caso, … a los qué tenemos cerca.

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