La mala compañía
«Ser honesto no puede hacerte conseguir un montón de amigos,pero siempre te hace obtener los correctos» John Lennon
Tal vez de jóvenes corramos el riesgo de andar con malas compañía porque vayamos un poco despistados,pero cuando somos adultos,los problemas de alcohol ya no son justificables ni atribuibles a las malas compañías sino a la mala compañía;la de uno mismo.
Debemos tener muy presentes que nuestro mayor enemigo nunca es el alcohol en sí,sino nosotros mismos y el deseo imperioso de consumir que tenemos todo el día activado.
Teniendo capacidad para entenderlo,practicaremos la honestidad. Dejaremos de culpar a los demás de lo que en realidad hemos decidido nosotros. Aprenderemos a distinguir de entre el típico y tópico me han liado al de me he liado.
No podemos estar constantemente buscando causas que nos hacen beber ni buscar excusas disfrazadas de motivos para hacerlo.
Es cierto que hay personas tan tóxicas como las propias sustancias. Personas instigadoras y provocadoras que nos inducen al consumo porque,de algún modo,se sienten bien cuando alguien les acompaña. Pero eso es un principio básico en aquel que desea recuperarse:huir de todo aquello que pueda relacionar o asociar con el consumo. Eso sí,siempre una huida consciente y voluntaria.
Comprender que la mala compañía somos nosotros mismos cuando nos referimos a la incitación y pérdida de control con el alcohol,puede ayudarnos a hacer las paces interiormente y pactar un camino nuevo y seco.
[youtube]http://youtu.be/F8BMm6Jn6oU[/youtube]