La importancia de las continuas advertencias

Muchos son los síntomas o señales que delatan una enfermedad diferenciándola de un problema de alcohol pasajero, y entre ellas, considero de las más importantes y significativas las advertencias continuas.

Cuando el «deberías beber menos» empieza a sonar con frecuencia y no es una persona o dos en concreto quien te lo recrimina, sino varias y se llevan muchos años en esta linea, la situación pinta fea porque uno se puede equivocar, pero muchos que coinciden en lo mismo, no.

Estas advertencias de diferente procedencia y continuas en el tiempo no son más que señales evidentes de que algo está sucediendo con el consumo.

Nuestra objetividad es nula. Si a eso le añadimos la negación, la no aceptación, y la resistencia que ofrecemos todos los alcohólicos a reconocer la enfermedad, el combinado es una «ceguera» total ante el problema. Un alcohólico, siendo subjetivo y auto valorándose, siempre minimizará las consecuencias y no las considerará tan importantes como los demás las ven.

Las señales de reproches y recriminaciones frecuentes, aunque nos molesten, siempre son el mejor baremo para preguntarse: ¿Tendrán razón?

Por lo tanto, si nos encontramos en esta situación, hagamos un esfuerzo y aparquemos nuestro orgullo, arrogancia, y soberbia tan propia de nuestra conducta alcohólica y replanteemosnos la situación.