La falsa autoconfianza

El mayor enemigo tras un proceso de rehabilitación es el confiarse.

El pensar que ya está todo hecho, que hemos «superado» la prueba, que al haber realizado un programa y haber podido mantenernos y permanecer estables en la abstinencia del consumo ya es suficiente, es uno de los errores más frecuentes de la recaída.

Creerse «curados» de una enfermedad crónica es una completa incoherencia, porque entonces el alcoholismo, si tuviera cura no tendría cronicidad.

A pesar de la insistencia de algunos que lo contemplan, personalmente sería precavido y me mantendría alerta y en recuperación eterna.

Eso no significa que debamos estar obsesionados con nuestra enfermedad, sino concentrados. Son dos conceptos diferentes.

Una técnica personal pero a la vez muy habitual en casi todos los enfermos, es la utilización y mantenimiento del sistema de «detección de alarmas»: Cuando veamos que no mantenemos una conducta estable, que comenzamos a tener comportamientos similares a los que teníamos cuando consumíamos, al observar o intuir que algo no va bien, o simplemente a exagerar y magnificar pequeñas adversidades cotidianas y constantes cambios de estado de ánimo sin motivo aparente, … simplemente recordar quiénes somos (somos enfermos alcohólicos), ¿De adónde venimos? (venimos del infierno), ¿Y qué debemos hacer? (reforzarnos para no regresar).

Pero bueno, cada maestrillo tiene su librillo y lo importante es no caer en la trampa de la falsa autoconfianza recordando siempre, por muy bien que estemos y muchos años que llevemos, cuál es nuestra enfermedad.

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