La abstinencia, un mal menor

En cuanto a la lógica, desafiaría sus leyes y me dedicaría a observar más la experiencia de los testimonios que a lo largo de la recuperación tenemos la oportunidad de escucharlos: personas que llevan años e incluso décadas sin consumir y de repente, por un mal día o una adversidad acaban tirando por la borda todo el trabajo hecho.

Si un enfermo, por muchos días o meses, terapias y cambios no es capaz de empatizar y darse cuenta de cómo vivieron nuestro lamentable estado durante la enfermedad las personas que tanto nos han amado… Una de dos: o no se han enterado en qué consiste una deshabituación y recuperación alcohólica, o han hecho un programa de mierda, por muchas horas que lleven sin consumir.

Ya doy por supuesta la abstinencia como mal menor para comenzar un buen proceso de recuperación. El verdadero trabajo del alcohólico que quiere resucitar de sus propias cenizas es mucho más largo y profundo

Yo empezaría a sustituir curación por recuperación, el no poder beber por el no querer beber

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