inútiles
Inútiles no como insulto u ofensa, sino como la definición de que nos convertimos cuando enfermamos de alcoholismo.
Inútiles totales. Cada vez más torpes, más inmaduros, más egoístas, más irresponsables.
La irresponsabilidad es tal, que parece que la cosa ya nunca va con nosotros. Nuestra mente manipuladora utiliza a los demás para que nos solventen los quehaceres diarios o las adversidades más cotidianas. Somos incapaces de afrontar cualquier situación por mínima y sencilla que sea. Nuestra capacidad de gestión y resolución es nula.
«Habla tú por mí, coge el teléfono, dile que no estoy, llama al trabajo y di que no me encuentro bien, ves tú al banco o a tal o cual sitio y haz …, a mí no me mandes esto o aquello, …» Así nos pasamos todo el día, dando órdenes y trabajos a los demás porque nos excusamos en que no nos encontramos bien para hacer frente.
Lo curioso, es que en «la calle», en esa burbuja de apariencia que cada día interpretamos con los demás, vamos de sobrados, de listos, de autosuficientes e incluso nos jactamos y presumimos de sabernos buscar la vida mejor que nadie, cuando en realidad en casa, es otra cosa muy distinta.
Esa soberbia, chulería, prepotencia, y arrogancia a la que nos lleva el alcoholismo es muy característica de nuestra forma de ser. Necesitamos la aprobación ajena, quedar bien siempre con los demás, demostrar que somos muy buenas personas. Ello nos lleva a caer en la condescendencia y complacencia servil para agradar.
No sucede lo mismo con los que nos quieren y se preocupan de nosotros. Con los que de verdad nos aman, sufren, y cuidan. A esos les maltratamos y nos aprovechamos de esa circunstancia para manipularlos y conseguir que nos saquen las castañas del fuego resolviendo nuestros problemas.
Así es la vida diaria de un enfermo alcohólico: Chuleando y presumiendo por fuera, temeroso y angustiado por dentro, exigiendo o suplicando que tapen nuestros defectos o malas conductas, que no las descubran o hagan públicas para no avergonzarnos porque en realidad somos, y lo sabemos, … unos verdaderos inútiles.