Intervención inmediata

Ni demora,ni aplazamiento,ni posponer,ni mañana. Cuando la situación es límite con el alcohol,¡Hay que actuar! ¿Cuándo? ¡Ayer!

No estamos en el S XIX. No hay que consultar a pitonisas,tomar elixires mágicos,o experimentar y explorar con nuevas aventuras y descubrimientos.

Es cierto que el alcohol,paradójicamente,siendo la droga más antigua y popular,resulta ser una de las más complejas y grandes desconocidas a nivel tratamiento,métodos,y técnicas que utilizar,porque cuando éste provoca la enfermedad (el alcoholismo),cada persona es diferente aunque las consecuencias y patrones de conducta sean similares.

Dicho de otra manera más sencilla: Da igual cómo,cuánto,cuándo,y qué bebas,que al final,si enfermas,independientemente del género,la edad,la condición social y cultural,la nacionalidad,…acabarás utilizando los mismos recursos,excusas,argumentos baratos,manipulaciones,mentiras,y resto interminable de conductas para satisfacer esa necesidad imperiosa y enfermiza de consumir.

Por lo tanto,sabiendo qué es lo que delata o diferencia el consumo de la enfermedad y conociendo la evidencia de que no se asume,acepta y reconoce como otras,cuando la persona que corra el riesgo de padecerla empiece a mostrar los primeros síntomas,…hay que intervenir.

Esa intervención inmediata,a pesar de la negativa del enfermo y la confrontación que nos puede suponer con él,quizá pueda ser clave en la pronta recuperación o evitación en bebedores de riesgo de caer en la cronicidad e irreversibilidad que puede acarrear la misma según en la fase que nos encontremos debido al consumo.