Intelectuales de barra
«¿El tiempo…? ¡Me lo he bebido!»
Recuerdo uno de esos días mediocres que tantos había en mi vida cuando bebía,que debía ser un lunes o martes,un día de esos laborales,a una hora de trabajo,en la que junto a la barra,bebiendo como cosacos (me sabe mal por los cosacos porque no conozco a ninguno pero estoy seguro que ni ellos beben como yo he visto beber a la peña),y discutiendo acerca de los problemas del mundo. ¿El tema en concreto…? ¡Eso era lo de menos! La cuestión era hablar de algo que no sabíamos ni teníamos ni puta idea y defenderlo a muerte aún sin saber de que hablábamos. Era una situación interesante y experimental a la vez:A medida que aumentábamos la cantidad de bebida,se elevaba el tono de voz.
En fin,como casi siempre en estas tertulias alcohólicas,empezamos hablando de algo fácil,física cuántica por ejemplo,y acabamos con el tema que siempre rompía la cordialidad y creaba el conflicto;la política
Se me ocurrió,por curiosidad,preguntar a la casi veintena que éramos,por qué ninguno estábamos trabajando y nos encontrábamos en el bar en pleno apogeo «intelectual». La respuesta fue variada pero con un denominador común:La excusa.
Unos que estaban prejubilados,otros porque estaban de baja,unos terceros porque no tenían curro,y otros,como era mi caso,estábamos trabajando pero nos habíamos parado a hacer un descanso de varias horas.
Es impresionante como los efectos del alcohol nos hacen aumentar la sabiduría. Hay personas que hasta ni en su casa son capaces de hablar y cuando lo hacen con unas copas de más…,parecen eruditos. No hay tema que se nos resista:Da igual la ciencia,lo social,la historia,la política,el futbol,…lo que sea. En todo somos catedráticos.
Para acabar con esta reflexión,basta ver como los publicistas manejan y manipulan nuestras conductas bajo el condicionamiento más clásico y halagan,como es el caso de uno de los últimos anuncios que promociona una cerveza,a la gente de la barra.. ¡Arrimate a la vida,ven a la barra! reza más o menos el eslogan.
¡Pues así estamos,en pleno S XXI,los intelectuales no están en congresos,conferencias,seminarios,o facultades. Los verdaderos intelectuales,esos que saben de todo y arreglan el mundo están en las barras.
Lo que no saben los publicistas (o probablemente lo saben pero no les interesa porque no vende) es que todos esos intelectuales de barra,cuando se cabrean y cogen una rabieta por la discusión subida de tono con otros compinches de consumo,al llegar a casa vomitan toda esa frustración en personas que lo único que hacen es preocuparse y les aman.