Huyendo constantemente,escondiéndonos tras la botella.

 

Toda esa apariencia de valentía y seguridad con las que nos esforzamos por mostrar al mundo es simple apariencia.

Detrás de un soberbio y chulesco alcohólico se esconde una persona muy temerosa,angustiada,y cobarde.

«Llama y di que no puedo ir al trabajo. Coge tú el teléfono y ponte,diles que no me encuentro bien. Di que ahora no estoy. Ves tú a hablar con ellos que a mi me da vergüenza. Pide perdón de mi parte. Haz esto o lo otro porque yo no sé hacerlo…»

Podría extenderme con miles de frases huidizas. Expresiones impregnadas de cobardía,inmadurez, irresponsabilidad.

Las verdaderas familias de los alcohólicos nunca son sostenidas por ellos mismos,sino por familiares anónimos o en la sombra que al final son los que nos resuelven todos nuestros problemas.

El lado oscuro de la luna

Una cosa es lo que vemos y otra muy distinta lo que sucede en realidad.

Los alcohólicos sólo somos valientes,bravucones,y fanfarrones cuando vamos bebido. Sólo nos sentimos seguros cuando nos escondemos detrás de una botella. «A pelo»,sin sustancias y sin ir colocado,…somos las personas más inseguras y temerosas que pueda existir.

Lamentablemente,los de «afuera» solamente vemos ese lado de aparente seguridad y confianza en sí mismo,pero ese «lado oscuro de la luna»,ese lado que no vemos,…ese es el verdadero perfil del enfermo.