Por hacerte el incomprendido no conseguirás serás ser más comprendido.

El titular parece evidente y lógico, pero en el alcoholismo no hay nada de lógica.

Hacerse el incomprendido es una estrategia que da muy buenos resultados para seguir consumiendo.

Nos encanta el fatalismo y dramatismo, los conflictos, el enemistarnos con familiares y compañeros, ser socarrones y en muchas ocasiones burlarnos de todo y todos como si el mundo nos importara un pepino.

Es una conducta de víctima, infantil e inmadura que busca la atención, una manera de obtener una excusa gratuita para decir que es un motivo el cómo y porqué bebemos de esta manera tan enfermiza.

» Nadie me quiere, nadie me entiende, nadie me comprende, nadie está a mi nivel, …» Así, de este modo nos hablamos a nosotros mismos buscando una justificación que no existe.

Si la gente, la familia, los amigos en general ya no nos aguantan y nos soportan, no es porque seamos más inteligentes o sepamos vivir mejor. ¡Creedme, no nos tienen envidia. Nos tienen una mezcla de rabia y lástima!

Nadie es tan especial ni lo ha pasado tan mal para hacer sufrir a los demás.

Muchos familiares, tal vez no lo digan pero lo piensan, preferirían que desapareciéramos ya de una vez antes de seguir viviendo con esa tortura a la que con nuestra enfermedad les hemos condenado.

Insisto, hacerse la víctima y el incomprendido no es más que una excusa. Y seguro que si seguimos bebiendo y actuando del modo que lo solemos hacer, menos nos comprenderán, nunca  sucederá que sea al contrario.

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.