Hablarse a sí mismo
No hay nada más duro que la realidad cuando ésta no nos gusta.
Los qué hemos caído en las drogas o el alcohol, los qué la dependencia nos ha vencido y ya no nos gustamos ni queremos, … nos cuesta mucho mirarnos en el espejo. Si lo hacemos, lo hacemos de reojo.
Hay que tener valor, y por muchos tratamientos y estrategias de motivación o superación que existan, cuando no eres capaz de ponerte enfrente de un espejo y mirarte con atención, profundizar y dejar que el reflejo te diga quién eres en realidad, simplemente es que estás huyendo de ti mismo.
Puede que la vida te haya golpeado duro, pero no dejes nunca que esos golpes te hagan besar la lona. ¡Levántate, sigue luchando y haz lo posible para acabar el combate más importante de tu vida!
Ten confianza, pide ayuda, déjate ayudar, trabaja duro, aprende a quererte … y verás como al la botella se le puede vencer. Así, algún día, podrás mirarte al espejo y sin hacer nada especial ni extraordinario, verás tu reflejo que él mismo te sonríe a ti.