Hablando con una pared
Las paredes ni escuchan ni mucho menos contestan.
¿Tienes la sensación de qué cuando hablas con un amigo o familiar que tiene graves problemas de alcohol o la enfermedad en sí, éste no te escucha nada, absolutamente nada de lo que le dices?¡ No es una sensación, es una realidad!
¿A qué alcohólico nos va interesar que nos digan la verdad si ésta significa tener que dejar lo que más amamos en nuestra vida; la botella?
A los enfermos no nos interesa saber nada de médicos, de psicólogos, de asociaciones, ni de tratamientos en general. Estamos bloqueados. Más expresivo y gráfico sería decir «abducidos» por el alcohol.
Si nosotros somos los primeros que no nos creemos que estamos enfermos. La capacidad que hemos desarrollado consecuencia de la enfermedad de engañarnos a nosotros mismos es tan brutal que cuando nos hablan, reprochan, aconsejan o nos intentan simplemente ayudar con mucho amor … pensamos que son ellos que se equivocan y no saben lo que dicen.
Incluso, con el tiempo y consumo prolongado, hemos «aprendido» una comunicación no verbal para aparentar escuchar, muchas veces asintiendo como si estuviéramos de acuerdo en lo que nos dicen, de atender bien lo que se nos está explicando, de comprenderlo, etc y mientras nos van hablando, nosotros ya estamos premeditando y tramando como salir de esa encerrona para irnos a beber otra vez.
Es muy dura esta situación. Muchas personas sufren y padecen esta frustración de intentar ayudar desesperada y agónicamente no ya sin obtener resultados o reacción del enfermo, sino viendo que va empeorando progresivamente. Llega un momento que los enfermos alcohólicos somos aleccionados que nos habituamos a ello y nos insensibilizamos.
En mi caso personal, por mucho que me hablaran, me dijeran, me sugirieran y aconsejaran, oía sin escuchar y me iba, después de la charla, en busca de alcohol sin ningún tipo de sensibilidad ni culpa. Me daba igual que se hubieran derramado lágrimas, hubiera habido amenazas, sentimientos, y lo que fuera. Sólo tenía una fijación metida en la cabeza: Beber
Hablar con una pared es imposible. A veces me gustaría tener una respuesta y solución para darle a todas las personas que viven esto a menudo, pero no la tengo. Lo que sí tengo es experiencia y he visto muchas veces como esas paredes (yo era una de ellas) por insistencia, estrategia, esperanza, amor o por lo que sea, … han ido transformándose en personas (muy heridas y derrotadas con una enorme falta de autoestima, pero al fin y al cabo personas) y les han salido orejas, corazón, y cerebro para al final reaccionar.
No se trata de dar mensajes optimistas y positivos para no desanimar, ni tampoco falsas expectativas, pero a veces lo que parece imposible …se convierte en posible.
Nunca perdamos la esperanza. Puede que estemos agotados y no nos salga bien después de infinitos intentos, pero ¿Y si sale bien?
3 Comments
Deja un comentario
Debes iniciar sesión para escribir un comentario.
Bon dia!
Yo era de esas personas de las que daban por imposible hasta los propios médicos.Si es verdad que si uno no quiere nada pueden hacer los demás por el.Leer más ..
Puede que salga bien, hay que siempre dar el beneficio de la duda, donde a veces no parecia haber una esperanza, esa persona suma firmeza, resiliencia, poder personal y auna el esfuerzo necesario para librarse del alcohol, eso si, trabajando mucLeer más ..