Gracias a ser alcohólico …
A veces, la vida tiene un plan muy diferente del que tú mismo diseñaste.
Comprendo que todos los alcohólicos nos resistamos a ser alcohólicos. Entiendo que a nadie le gusta esta etiqueta tan asociada con persona mala, desequilibrada, inestable, y estereotipada hasta el extremo del estigma.
Pero, como siempre afirmo y me mantengo en ello, prefiero ser alcohólico que imbécil. El alcohólico tiene recuperación, sin embargo la imbecilidad suele ser irrecuperable.
Bar gracias a ser alcohólico en esta reflexión, tiene su sentido: motivar, alentar y animar a todos aquellos que padecen esta enfermedad a romper con la tontería y que se pongan en tratamiento pidiendo ayuda porque tienen mucho que ganar, si así lo hacen.
Gracias a ser alcohólico y rehabilitarme, pude volver a vivir, sentir y contemplar.
Gracias a ser alcohólico, volví a tener amigos de verdad en los que prima el amor, la honestidad y sinceridad, deshaciéndome de los cómplices y personas tóxicas e interesadas.
Gracias a ser alcohólico recuperé el motor de la vida; la ilusión.
Gracias a ser alcohólico, comprendí lo errado que iba por la vida y rectificar muchas cosas que hoy en día hacen que me sienta pleno y realizado.
Gracias a ser alcohólico aprendí a separar el grano de la paja, lo que importa de lo que no, lo qué verdaderamente vale la pena de lo que es banal.
Gracias a ser alcohólico pasé de «tener» una familia a disfrutarla.
Aprendí a conocerme y me descubrí tal como era, porque mientras estuve intoxicado, siempre quería ser otra persona que no era y eso me hacía fracasar una y otra vez.
Hacer de un defecto una virtud es algo muy especial y gratificante. Aunque ello signifique pasarlo mal, si al final aunque sea por una enfermedad o desgracia, podemos volver a reencontrarnos con nosotros mismos … ya vale la pena.
Espero que estas palabras puedan calar en alguien que lo necesite de verdad, y que en lugar de atormentarse o desesperarse, le sirvan de fuerza y motivación para rehabilitar y recuperarse.