Gente corriente

Da la impresión, que los alcohólicos, cuando decidimos dejar de beber, recibir y aceptar ayuda, seguir un tratamiento e intentar recuperar la vida que un día la botella nos robó, estamos obligados a hacer siempre cosas extraordinarias y sensacionales como si de una expiación se tratara.

Los alcohólicos no somos ni viciosos ni pecadores; somos enfermos. Si algo debemos hacer extraordinario, eso es recuperarnos y volver a ser personas manejando las riendas de nuestra vida sin necesidad de sustancias para escondernos, refugiarnos o huir de nuestra propia realidad.

Todo lo demás, sea el ámbito o las circunstancias que fuere (personal, familiar, laboral, social, etc), debemos ser gente normal y corriente. Debemos luchar por borrarnos esa etiqueta de la frente que nos marca como a ganado y llevar una vida tranquila buscando un equilibrio y manteniendo siempre la referencia de nuestra enfermedad para no relajarnos y despistarnos haciendo que regresemos a activarla.

La exigencia permanente para lograr ser aquello que no somos porque así, de este modo, creemos que podremos «recompensar» nuestros inadecuados comportamientos durante los años de consumo, es lo mismo que fantasear de la misma manera que cuando bebíamos.

Con eso no pretendo decir que al dejar de beber dejemos de estar motivados o buscar ilusiones porque precisamente es lo que nos va a mantener sobrios y firmes en la recuperación, pero lo que no es positivo ni beneficioso para nuestra enfermedad es no conocer nuestras limitaciones reales porque eso puede volvernos a frustrar al no alcanzar objetivos que se salen de nuestras posibilidades y a la vez, debilitarnos.

1 Comment

  1. Enrique Román Martinez en Facebook el 14 julio, 2016 a las 6:05 am

    Buenos días, el dejar de beber, el estar sobrios/as, el empezar a ser personas. No es ninguna cosa extraordinaria, lo raro, lo anormal, lo asfixiante, es lo que hacemos cuando somos alcohólicos en activo.Leer más ..

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