Game over (se acabó el juego)

La fase del «game over», se acabo el juego o se agotó el crédito, es la fase donde ya no quedan más de ellas por delante.

Es esa en la que se acabó todo: la confianza, la credibilidad, las excusas y mentiras, las trampas, los chanchullos y trapicheos, las falsas expectativas, la fantasía, promesas y juramentos incumplidas, oportunidades, … ¡Todo!

Es el momento decisivo y de la verdad. ¡Tú eliges: te recuperas o te consumes y autodestruyes!

Los enfermos alcohólicos ofrecemos mucha resistencia a considerarnos como tales y retrasamos o posponemos constantemente una intervención, buscando atajos o alternativas que nos permitan seguir consumiendo. Incluso aunque para ello nos quedemos solos, sin amigos, sin nada.

La enfermedad se puede mantener oculta o disimularla durante mucho tiempo mientras las consecuencias no son exageradamente dramáticas o simplemente, nos dejan manejarnos camuflados entre la sociedad como unos bebedores más de alcohol.

Lo que sucede es que el hombre es un ser social y, la sociabilidad es incompatible con el consumo frecuente y prolongado, abuso, o falta de control sobre el alcohol.

Eso significa que cada vez será más difícil engañar a los demás, por muy manipuladores y mentirosos que seamos. Llegará un momento en que nuestro poder embaucador y de seducción (nuestra destreza como encantadores de serpientes) ya no será suficiente para convencer a nadie ni para pedir ayuda sólo cuando nos interesa.

Es entonces, haciendo alusión a esas viejas maquinitas recreativas de videojuegos, cuando en la pantalla de nuestra vida aparecerá aquella famosa frase de «Game over», en la que todos, sin entender ni que significaba, sabíamos que se nos había terminado el crédito.

¿Con el alcoholismo? … ¡Tres cuartos de lo mismo!