Estados emocionales artificiales

«El mal no está en tener faltas,sino en no tratar de enmendarlas» Confucio

 

Probablemente una de las cosas que más nos cuesta «aprender» de nuevo cuando dejamos el alcohol es saber gestionar las emociones reales: Cuando estamos tristes,…estamos tristes. Enfadados,…enfadados. Contentos, … lo mismo, Y así sucesivamente con todas las emociones y diferentes estados de ánimo por los que pasa cualquier persona normal.

Por supuesto que resulta obvio lo que acabo de mencionar,pero en un alcohólico,lo obvio no es ni tan siquiera «poco claro». ¿Es qué acaso somos especiales o diferentes? ¡No,somos enfermos! Y esta enfermedad tiene entre muchas sus consecuencias la de alterar la percepción y realidad de los sentidos,modificándolos mediante la manipulación al consumir, o lo que es lo mismo: No sentimos lo que debemos sentir porque el alcohol actúa de anestésico y, ante una emoción difícil de digerir recurrimos directamente a la botella para «dormirla».

¿Nos sentimos tristes…? Cuatro copas y aparece una alegría desmesurada. ¿Nostálgicos,melancólicos,sensibles…? Tres cuartos de lo mismo: beber hasta la cejas y todo desaparece. Usamos el alcohol para modificar el verdadero sentido. Por eso,al dejar de beber, lo que nos pasa …nos está sucediendo de verdad. ¿Tenemos miedo,angustia,etc.? Pues no sabemos como afrontarlo porque aprendimos que cada vez que debíamos hacerlo era apoyándonos en el alcohol.

Vivir sin alcohol es vivir natural. Sin sensaciones artificiales ni manipuladas. ¿resulta difícil? A todo el mundo que no bebe o que si lo hace,no abusa y se excede, les resulta igual. Cómo todo, …¡Es superable!

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