Escalera al cielo
No sé si el cielo existe pero por si acaso intentaré subir hacia él. Lo que sí estoy seguro de la existencia de un infierno; el alcoholismo
Nos lo podemos tomar cómo nos vaya bien a cada uno: cielo, paz, bienestar, tranquilidad, calma permanente o cualquier estado y situación de armonía, pero desde luego ese «lugar» no se encuentra dentro de una botella ni en ninguna sustancia.
Cuando alguien toca fondo o lo roza, cuando se ve angustiado y derrotado en vida, rendido, desmotivado y sin fuerzas porque el alcohol le ha vencido … todavía tiene una alternativa/oportunidad: salir de allí por lo civil o por lo criminal.
Mantenerse en ese estado de frustración y amargura o rendición vital, quejándose y compadeciéndose, haciéndose la víctima y echando la culpa al mundo de su propia mierda de vida porque una botella le ha tumbado, es la agonía personificada. No hay adjetivos ni calificativos para expresarla completamente.
Si fuere mi caso (que un día lo fue), yo huiría corriendo y buscaría cualquier otro camino que me sacara de él.
La mejor solución es tomar esa escalera «al cielo». ¿Qué no sabemos dónde está o no la encontramos? ¡Pues la construimos!
Cada vez que nos mantenemos en la abstinencia y avanzamos en la recuperación dejando el alcohol en un lugar del pasado de nuestra vida, estamos construyendo un peldaño más. Sólo la perseverancia, tenacidad y esfuerzo nos llevarán a conseguir construirla.