En el ojo del huracán
«Cuando no podemos encontrar tranquilidad dentro de nosotros mismos,es inútil buscarla en otra parte» Rochefoucauld
Está claro que para salir de la esclavitud del alcohol hay que hacer un enorme cambio en todos los aspectos:social,psicológico,cambio de conductas,adquirir nuevos hábitos,reorganizar y responsabilizarse,madurar,superarse,..
Pero ante tal evidencia y los tópicos «cambios de ambientes y amistades»,la personalidad alcohólica siempre está un poco atrapada en su pasado. Es como si asociara su vida,recuerdos,sensaciones o cualquier otra circunstancia a su etapa de consumidor (aunque viviera y experimentara muchas fuera de ella).
Por eso,aunque la persona rehabilitada esté en una trayectoria ascendente y aparente un progreso evolutivo de crecimiento,nunca deja de vivir en esa «recuperación eterna». De ahí la constante controversia en los conceptos para las definiciones:¿Curación o recuperación?
Sin embargo,por otro lado,hay un tipo de rehabilitados que aunque estén secos (se mantengan abstemios),su mente sigue empapada de alcohol. Éstos deciden relajarse y caer en la trampa de que si no beben …ya es más que suficiente.
Es posible que muchos de ellos,si han hecho un gran trabajo,probablemente no vuelvan a recaer. Pero,si por el contrario,por muy fuertes que crean que están y desconectan su «detector interno» de alarmas,las probabilidades de volver a beber pueden aumentar. Si a eso le añadimos que aunque no consuman siguen estando en el epicentro u ojo del huracán (en conflictos gratuitos,discusiones y polémicas absurdas,enfadados con el mundo,sedentarios y desmotivados,etc),puede pillarles de lleno por muchos años que lleven sin beber (En este grupo me incluyo el primero y pienso que cualquiera que esté en recuperación,si no sigue trabajando,puede permanecer a este selecto club)