El riesgo de los períodos de habituación

 

«Estar en ocio muy prolongado,no es reposo,es pereza» Séneca

 

Hay épocas, cómo esta, en las que consumimos más cantidad de alcohol y con más frecuencia de lo normal. Al haber más tiempo libre y una predisposición social que incita a ello, los bebedores de alcohol no enfermos pueden «acostumbrarse» a beber durante varios días seguidos e incluso en horas a las que por norma general no están habituados.

Después está el efecto compensación (seguir bebiendo para quitar la resaca, el malestar general, y otras molestias consecuencia de ese exceso de consumo) y la tolerancia («aprender» a soportar este tipo de abusos dándonos la falsa impresión de que cada vez aguantamos más cuando en realidad lo único que hacemos es tolerar más la sustancia porque nos habituamos a ella y cada vez necesitamos más cantidad para producir menos efecto)

Por último, en estos períodos de consumo fuera de lo normal,muchas veces «tiramos» de otras drogas para contrarrestar los efectos del alcohol.

Lo lógico es que ese consumo disparatado y desbaratado muy probable por las fechas en que estamos, vuelva a su normalidad una vez terminadas. Pero el problema puede agravarse si eso no sucede porque existan otros motivos de fondo que no animan a ello (por supuesto sean los motivos que fueren para llevarnos al consumo,si persistimos en ellos no tardarán mucho en convertirse en meras excusas).

Existe un riesgo en la habituación que puede resultar el desencadenante hacia la enfermedad. El riesgo,por supuesto, está en no deshabituar ese incremento de consumo (ya sean cantidades,acortamientos en las frecuencias del consumo, o bien en la utilización del alcohol como escape a nuestras preocupaciones).

En definitiva, si nos pasamos … hay que volver a lo normal lo antes posible ya que si no es de este modo, el alcohol empezará su «trabajo» y cada vez nos atrapará con más fuerza.[youtube]http://youtu.be/2AzEY6ZqkuE[/youtube]

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