El resplandor
Igual que un espejismo en el desierto,que te hace imaginar los que tu deseas y no lo que hay en realidad,así nos deslumbra el alcohol cuando lo conocemos y empezamos a coquetear con él.
Su resplandor es tan potente que nos ciega al resto de las cosas.
Nos anclamos en esa idea de gratificación y algo bueno que nos relaja,nos despreocupa,y nos hace que la vida sea divertida,de tal manera que todo lo demás pasa a un segundo plano y en ocasiones hasta olvidado.
El uso de alcohol y la vida son dos cosas totalmente incompatibles. Me pueden intentar «vender la moto» por dónde y cómo quieran,pero no se puede beber y vivir a la vez.
Una persona intoxicada,alcoholizada,o simplemente con la necesidad de consumir,es incapaz de dar relevancia a los verdaderos detalles de la vida.
Desde el momento en que no bebía por placer sino para «colocarme»,todas las cosas hermosas de esta vida desaparecieron. Incluso algunas me rozaron muy de cerca o insistieron para que les prestara atención y yo tenía fijada mi mirada en la botella.
Siendo esclavos del consumo somos incapaces de amar (a lo que llamamos amar es manipular),de contemplar (maravillarse de lo hermoso que es todo si se mira con la mente limpia),de observar,de agradecer…
Por extensión,el mismo comentario no es sólo para una sustancia como en este caso el alcohol,sino más bien por un «efecto». El resplandor no sólo está en lo físico,sino en todo aquello que es tóxico para el disfrute de la vida,sea cual fuere,como por ejemplo las dependencias emocionales.
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En algun momento el alcohol se cruzo en tu camino y se convirtio en el elixir magico cuyo resplandor te hechizaba, sus efectos inmediatos de satisfaccion te hacian olvidar penas pasadas, te sentias mas valiente, poderoso y encontrabas en el todaLeer más ..