El repertorio cansino

 

Una,otra,y otra vez con las mismas excusas de siempre. Se va convirtiendo en la historia interminable: «No volveré a hacerlo,no quería,se me fue la cabeza,tenía que haberme ido antes,ya no tenía que haber salido,tenía que haberte hecho caso,ésta es la última vez,…» Todo son lamentos y remordimientos que no llevan a ninguna parte.

Excusa. ¡Todo es excusa! Todo son «noes»:No puedo,no sé,no tengo fuerza de voluntad,no tengo ilusión o motivación,no soy capaz,no controlo,…

A este repertorio cansino nadie se llega a acostumbrar,por muchas veces que se repita y suceda.

La verdadera impotencia de los enfermos es que no tenemos capacidad de ver lo que está sucediendo. no vemos que nos hemos metido en una espiral descendente de la que cada vez es más complejo encontrar la salida.

No hablamos de unas marchas o juergas,ni tan siquiera de más abusos de lo normal. Hablamos de una muerte en vida porque la botella nos ha atrapado y no piensa soltarnos.

Además de no verlo,no escuchamos,no atendemos a razones,no queremos comprender porque en primer lugar, a la propia enfermedad no le interesa.

El alcoholismo es esa «vocecita» que te alienta a no hacer caso a nadie y te va preparando los discursos y argumentos a modo de justificación para que puedas autoengañarte.

¿Cómo? De todas las maneras posibles. Especialmente con la comparación social (Pero por qué lo voy a dejar si todo el mundo bebe), atacando al Ego (lo que debo hacer es aprender a beber como todo el mundo sin perder el control porque soy especial y sé que puedo),con la distorsión de la memoria (todo lo que me ha pasado ha sido «bueno»,olvidando los sucesos malos),y evidentemente con las excusas baratas (es cultural,es tradicional,¿Cómo voy a salir sin beber’)

El repertorio de excusas es cansino,infinito.

Excusas para beber hay mil,motivos ninguno

Mientras sigamos bebiendo y justificándonos,la cosa siempre irá a peor.

Cuando enfermas y llega un punto en que ya no puedes beber,lo primero que se debe hacer es eso: …no beber.