El «no future» (no futuro) es un argumento muy mediocre.

Siempre es más cómodo tirar por el camino fácil y echar la culpa al resto de tus frustraciones o fracasos. Durante la historia han surgido movimientos disfrazados de culturales para ocultar las verdaderas carencias.

La vida no es fácil para nadie, pero no me sirve de excusa o argumento barato el utilizar el «no future» como justificación del consumo y su abuso. 

Si nuestra vida es una puta mierda y el futuro se ve negro, las drogas y el alcohol, desde luego, no son las soluciones.

Siempre esperamos que las cosas cambien y pocas veces nos preguntamos qué hacemos nosotros para que ello suceda.

Si tus sueños acabaron dentro de una botella, si tus ilusiones se perdieron entre noches de abuso, si tus ideales y principios te los dejaste en la barra de cualquier bar … no vengas ahora con el rollo de que las perspectivas y expectativas de futuro son muy negras u oscuras.

¿De verdad las ves así o es que tu propia intoxicación te hace distorsionar la propia percepción de la realidad?

Personalmente viví esta situación, como casi todas las que voy reflexionando, y a ese «futuro negro» que divisaba con una copa de whisky en la mano, me servía de consuelo para engañarme a mí mismo y justificarme.

Cuando decidí parar con el consumo, aprendí a pintar. Mejor dicho, a colorear.

Miré al futuro de cara y me dije: ¿Qué está negro? Pues nada, ¡A colorearlo!

Y eso hice. Lo pinté a mi manera, con muchos colores y con mucha vida.

Con el alcohol, no hay excusas que valgan. No seamos mediocres y aprovechemos cualquier situación social para hacernosla personal. Puede que el futuro esté jodido o pinte mal, pero si nuestro problema es de consumo, … nuestro presente no existe y el pasado que vamos construyendo sólo es dolor y decepción.

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