El desencadenante

 

 

Cualquier situación extrema,con mucho alcohol,se potencia y aumenta.

El alcohol,aunque a veces no sea la causa directamente,actúa de desencadenante de las circunstancias y consecuencias.

Desencadenante,detonante,disparador,mecha,acelerador,… son múltiples los nombres para definir este concepto.

«Yo no quería hacerlo pero es que iba muy bebido»  No sirve. Esto es una excusa más como las miles que empleamos como recurso. Si realmente «no quería hacerlo» y sabes que bebiendo,acabas excediéndote,perdiendo el control,y creando situaciones extremas,desagradables,de riesgo,o comprometidas, …entonces no bebas.

«¡Pero como no voy a beber si necesito hacerlo!»-entonces mejor lo pones:Si necesitas hacerlo es que reconoces que existe un problema con el consumo,y si tienes un problema,…deberás solucionarlo pidiendo ayuda o tratamiento.

No utilices el alcohol para ser aquel que en realidad no eres,como atenuante,o para eximir tus responsabilidades sin afrontarlas. La necesidad de consumir para «algo» es uno de los delatadores más significante de esta enfermedad.

Evidentemente que muchas veces,incluso en la tragedia,el alcohol hace de desencadenante por su poder desinhibidor. Pero ello no quiere decir que sea un justificante.

Además,cualquier persona con problemas de alcoholismo o abuso de alcohol, ya lo sabe sin que nadie se lo diga. ¿Cómo lo sabe? Pues porque probablemente lo habrá experimentado un sinfín de veces.