El compromiso

Todo lo que envuelve al submundo del alcohol y las drogas es trampa, trampa y más trampa.

Es una falacia de los sentidos, una percepción y visión de la realidad distorsionada. Cualquier valor que hayamos adquirido en la vida con mucho esfuerzo puede ser muy fácil de perderse por un trago.

Los alcohólicos tenemos una «marca» como el ganado que nos delata: la marca de la desconfianza.

La desconfianza y el descrédito que nos hemos ganado con creces durante nuestra trayectoria alcohólica por nuestros comportamientos.

Recuperarnos de este infierno es elección nuestra. Si nosotros no queremos, por mucho que nos mantengamos abstinentes pero no trabajemos para romper ese estigma que nos sigue como «compañero de de viaje» allá donde vayamos, será complicado ganarnos el respeto y credibilidad de los demás.

Pero aunque suene a egoísta e incluso despiadado, nuestra energía se debe centrarnos en comenzar por ganarnos ese respeto a nosotros mismos sin necesidad de hablar, sino demostrando.

A quiénes más hemos mentido y lastimado realmente es a nosotros mismos.

Nos hemos dejado la dignidad en cualquier barra de un bar o dentro de una botella. Hemos perdido fiabilidad. Hemos perdido los principios. Casi mejor, yo diría que nos los hemos bebido.

De ahí la importancia del compromiso. Compromiso es una palabra muy habitual en la vida social, sin embargo cuando hablamos de alcoholismo, es nuestra piedra angular en la que se fundamenta nuestra recuperación.

El compromiso no se compra, no se enseña en una academia, no se adquiere porque sí. el compromiso es la firmeza y el convencimiento que un día llega a nuestra mente y le dice: » Tío, se te acabó la tontería. Deja la puta botella y comienza a enfrentarte a la vida como viene: sin compadecerse, sin hacerse la víctima, sin lamentarse y con fortaleza para planificar un camino en el que jamás habrá vuelta atrás.»

Cuando alguien en rehabilitación y con la intención de dejar de beber adquiere compromiso … tiene media recuperación ganada.

¿La otra media? Trabajo, esfuerzo, disciplina y perseverancia.

De esta historia, el alcoholismo, no se nos saca; salimos.

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