El amor, entre copas, es cosa de tres
El amor y alcoholismo pueden convivir un tiempo pero nunca serán compatibles.
El amor;antes,entre, y después de las copas:
Antes. Es un amor normalizado,estable,y aparentemente real en el que el enfermo necesita «preparar» el terreno. Eso le hará más condescendiente y complaciente con la pareja,evitando todo conflicto o discusión posible mientras la intención sea ir a beber sin cargo de conciencia.
Entre. La cosa va cambiando no por horas,sino por copas:A más copas,más amor,pasión,y devoción hacia la tercera en discordia,la amante,la «de verdad»,la que siempre está ahí,la que nos entiende,nos comprende,nos ama,…¡La botella!
Después. La explosión de esa extraña pareja llamada «amor-odio». Sensaciones,sentimientos,y emociones encontradas muy diferentes:conflicto,reproches,gestos,malas caras,discusiones,arrepentimientos,remordimientos,sentimiento de culpabilidad,sumisión,promesas incumplidas,…
No creo en el amor de pareja cuando el alcohol convive con ella. Para mí,eso siempre se ha llamado,llama,y llamará trío.
Además,en función del grado o la fase de la enfermedad en que ya nos encontremos …siempre gana la amante,la botella.