El amig@ con el que nadie quiere ir

Ese amig@ que ya diseña y planifica las rutas alcohólicas, que premedita y analiza el tiempo con antelación para poder consumir,que relaciona y asocia ocio o diversión a beber mucho,que siempre acaba excediéndose,que nunca le es suficiente la última copa,que no sigue las pautas y momentos sociales de consumo (no hemos empezado a cenar y ni siquiera han traído el vino y ya se ha tomado dos cervezas),que bebe con ansia (como si el mundo se fuera a acabar esa noche),el que siempre acaba metiéndose en líos o los provoca involucrando al resto de compañeros,…ese es el amig@ con quien nadie quiere ir.

Es un amigo «heredado»:Un amigo de siempre con el que compartimos muchas novedades y experiencias,que descubrimos y exploramos,que crecimos juntos, pero que con el alcohol ha cogido un rumbo diferente al nuestro y eso provoca que acabe incomodándonos. Por mucho que lo queramos,poco a poco vamos evitándolo. Esa evitación acabará por finalizar en un distanciamiento.

No sólo me limito a hablar o describir esos amigos de una etapa juvenil. A lo sucesivo de otras etapas y ciclos vitales también existen:en el ambiente laboral,en el vecindario,en el entorno social,…

El alcohólico,esa persona que enferma por alcohol,acaba por reducir su círculo de amigos a uno;la botella.

Todos los demás pasan a un segundo plano con otra categoría diferente:compinches,aliados,cómplices,socios de juergas,blancos fáciles de manipular,codependientes,etc.

Cuando se ve desde la perspectiva de la enfermedad,ese amigo no es capaz de darse cuenta de lo que realmente ha sucedido y proyecta su frustración culpando a los demás. Utiliza las conductas más propias y características como hacerse la víctima,el incomprendido,la autocompasión,sentirse traicionado.Pero la realidad de ese aislamiento es evidente:la forma de consumir.