Divertidos no, Payasos

El borracho siempre aparece en el humorismo para dar esa chispa graciosa, precisamente por su condición de persona que debido a su estado de alelado y empanado, tiene todos los elementos para hacer reír.

Si se emplea a los borrachos como eje de chistes para aumentar su comicidad no es lo que me interesa resaltar, sino cómo nosotros los alcohólicos o drogadictos contamos historias anecdóticas exageradas y alteradas para divertir a los demás de tal forma que lo único que conseguimos es molestar, no hacer nada de gracia, ser babosos, rozar lo patético y ridículo, repetitivos y agudizar más la incomodidad de nuestro lamentable estado haciendo que los demás, más que reírse, tengan vergüenza ajena.

En el caso del alcoholismo, es la enfermedad ideal para demostrarlo: cuando alguien siempre está de buen humor, parece seguro y confiado de sí mismo, aparenta buen carácter divertido y extravertido que nos da esa sensación de persona alegre y que sabe afrontar, así como solucionar, cualquier tipo de adversidad y que además tiene esa capacidad de indiferencia y desdramatización ante los obstáculos, comentarios y búsqueda de la aprobación ajena, pero todo eso se da bajo los efectos del consumo.

Los enfermos tenemos dos propósitos básicos muy definidos para movernos en nuestro submundo del consumo: agradar a los demás y buscar su complicidad.
Para ello, utilizamos todos los recursos posibles, aunque sea hacer el ridículo. Contamos historias ordinarias, nos apropiamos de anécdotas que no son nuestras, las exageramos al máximo resaltando lo más divertido y gracioso y las repetimos hasta la saciedad para caer bien, aparentar ser graciosos y ganarnos los aplausos de una escasa y alcohólica audiencia que nos escucha probablemente tan intoxicada como lo estamos nosotros.

Así es la vida diaria de un enfermo por alcohol o drogas: presumiendo por fuera, temeroso y angustiado por dentro, exigiendo o suplicando que tapen nuestros defectos o malas conductas, que no las descubran o hagan públicas para no avergonzarnos porque en realidad somos y lo sabemos, … unos verdaderos inútiles.

Ya no robo noches de sueño a las personas que me quieren porque ahora soy consciente de mis actos y si sucede algo, será una desgracia, lejos de una provocación, que es como me comportaba bajo los efectos del consumo.

Síguenos en nuestro canal de Youtube LAS OVEJAS DE MICA TV  dale al like y suscríbete.

Nueva entrega de nuestro programa VIVIR O BEBER

 

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.