De un día menos a un día más.

Cuando estás bebiendo continuamente y toda tu vida gira en torno al consumo, cada amanecer se convierte en «un día menos». Un día menos para esa agonía, suicidio lento y tortura que nos invade constante y permanentemente desde la mañana hasta que el cuerpo está saciado de alcohol y se vuelve a dormir.

Si decide, te pones en marcha y lo consigues, tu vida adquirirá otra sentido. Por muy mal que lo pases inicialmente con ansiedad, abstinencia, recuerdos gratificantes distorsionados (pensar que estábamos mejor o todo era muy divertido cuando ese pensamiento no era más que una falacia y fantasía de la mente empapada de alcohol), en un período de tiempo, después de comprender y trabajar que lo único gratificante y verdadera recompensa es vivir sin adulterantes ni efectos, todo cambiará.

Cada mañana se convertirá en «un día más». Un día más que agradecer, un día más por vivir, por sentir, por contemplar.

Esa es una buena razón para dejar de beber: el modo en cómo te planteas el día. Si un día menos o un día más.

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.