Después de Navidades lo dejaré …

¿Qué Navidades?

Esa es la primera especificación que debería hacerse si hablamos de dejar una situación, cómo es el beber mucho o perdiendo el control, en la que no es un hábito sino una enfermedad. Por lo tanto, no se «deja», se «trata».

Seguidamente, en esta frase tan común y poco creíble que todos los alcohólicos decimos por estas fechas año tras años, entran muchas características de la conducta alcohólica: El autoengaño, el posponer,justificarse, y manipular.

Es evidente que todas, estas y las infinitas restantes artimañas del enfermo para no dejar de beber, convergen y correlacionan entre ellas que hasta llegan a parecer similares.

El autoengaño, resulta patético. Expresar una acción que pretendes ejecutar y sabes sobradamente que te estás mintiendo a ti mismo y no vas a cumplir. Es algo muy frecuente y potente. Lo de potente lo digo porque de tantas mentiras y engaños que utilizas, llegas a creértelo de verdad.

El posponer. Esta siempre fue mi favorita: «mañana, otro día, el mes que viene, …» Dejar la acción «suspendida» en el futuro para aliviarme y no tener que enfrentarme a ella.

La justificación. Esta ya es un clásico y una constante de la conducta alcohólica. Cuando dices después de Navidad lo dejaré, estás justificando el tramado y premeditado homenaje de atracón y desfase en el consumo que piensas pegarte durante estas fechas. Para ello, necesitamos una tabla de salvación mental y la decisión de dejar de beber «después» nos reconforta y no nos castiga o tortura tanto mientras bebemos porque hemos justificado la situación.

La manipulación. Esta ya se sale … Esta conducta es por excelencia lo que define la conducta alcohólica. En este contexto, al decir «después de navidades», ya se está preparando el entorno familiar y círculo de amistades para crearles falsas expectativas generándoles una ilusión que les cree esperanza. Estamos «convenciendo» de algo que sabemos que no es verdad, como si quisiéramos trasmitir un mensaje esperanzador de qué no se preocupen que esto ya termina.

Como he dicho antes, todas se parecen y convergen, incluso se confunden. pero tristemente, estas argucias, trucos, trampas, y mentiras de un enfermo alcohólico, son numerosas y con un objetivo común: Decir o hacer algo para no dejar de beber.

Quién quiere dejar de beber y recuperarse no dice o habla, hace.

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