Desplazados

La palabra bicho raro que tanto empleamos para describir las situación en que nos encontramos cuando dejamos de beber, nos define muy bien al reincorporarnos al mundo real. Nos volvemos personas desplazadas y desubicadas totalmente que no encontramos nuestro lugar en ningún sitio.

Por una parte llevamos un aprendizaje social con alcohol y el tener que desenvolvernos sin él, no sabemos realmente muy bien como actuar.

La otra cuestión es el relacionarnos con otras personas sin las conductas mentales alteradas (sin sustancia no hay efecto, sin efecto no somos los mismo) que nos hace estar desplazados y fuera de lugar.

Entonces, ¿Cómo debemos hacerlo?

La recuperación alcohólica es un proceso y aprendizaje largo, duro, y muy laborioso. La única solución si queremos adaptarnos a la sociedad es encontrar un equilibrio.

Este equilibrio, dentro de el reinventarse uno mismo, probablemente sea la parte más compleja de dejar de beber y aprender a vivir sin ello.

Si ya por sí a la gente «normal» le cuesta mantenerse equilibrada y conseguir un bienestar, más complicado será para nosotros, los alcohólicos que durante años hemos tenido anestesiadas las emociones.

Es elección nuestra: Dejar de beber o recuperarse. Como siempre son dos palabras muy similares con significado muy diferentes. Dejar de beber es continuar tu vida sin alcohol. Recuperarse es vivir adaptándose a las circunstancias, adversidades, y lo que venga para «entrar» en el mundo real sin la etiqueta de bicho raro o el sello de alcohólico.