Desgastarse
Nadar a contracorriente es desgastarse, agotarse, y muy probablemente no llegar a ninguna parte.
Lo mismo nos sucede a aquellos que nos negamos a reconocer un problema de alcohol o drogas, un consumo de riesgo, o enfermos ya sin posibilidad de retorno.
Intentamos continuar consumiendo sin tener consecuencias por ello, y en esa fase del proceso … se antoja como algo imposible.
Una vez que el consumo nos ha vencido, todo intento por controlar, moderar o rectificar, es nadar a contracorriente.
Nuestra mente empapada de alcohol o drogas se obstina y empecina en engañarnos, trampearnos y nos sabotea: Nos hace creer nuestras propias mentiras, pensar que «saldremos de esta», que ya lo arreglaremos. Pero en verdad, lo que está tramando de verdad, es atraparnos cada vez más en esa necesidad imperiosa de consumir, acentuándola de tal manera que llegará un momento o una fase en la que antepondremos el consumo al cariño, respeto y responsabilidades por todo y por todos.
Esta es la historia de siempre, la historia interminable. Es un camino sin salida, mientras sigamos pensando de esta manera.
La única salida y alternativa es parar, pedir ayuda, dejarse ayudar, ponerse en tratamiento, y seguir un proceso para «secar» nuestra mente de alcohol.
Basta con iniciar este proceso para que en muy poco tiempo seamos capaces de ver lo errados que íbamos y que en la dirección que nadábamos no era la correcta.
Hay que confiar en la ayuda de los demás y aprender otra vez, desde el principio, a nadar con la corriente a favor.
Esa resistencia a no reconocer, no aceptar, o querer oír sólo lo que nos interesa escuchar, siempre conduce al mismo estado: enfermar y empeorar la situación.
Pero cuando el consumo no te domina,no maneja las riendas de tu vida sino que es sólo un complemento que no te acarrea consecuencias, las formas de pensar son varias y mucho más estables: organizadas, reflexivas, centradas, analizadoras,etc.
Un enfermo rehabilitado tiene que luchar contra muchos miedos, inseguridades y fantasmas para llegar a comprender que existe vida más allá del alcohol o drogas. Esto, evidentemente, supone un esfuerzo tremendo de interiorización, introspección, y crecimiento personal. Pero,pero,pero…,de nada sirve si no lo preparamos para cuando se rompa el cascarón :Ese enfermo tendrá que abandonar su programa de recuperación y enfrentarse a la sociedad, adaptándose a ella y siguiendo sus reglas del juego.
En definitiva,dejar de beber y «salir» a la vida real es lo mismo que nadar a contracorriente: Por muy fuerte y preparado que estés, si no has cambiado tu vida por completo y te has creado una nueva, el bucle te absorberá para llevarte a la casilla de salida una vez mas.
Síguenos en nuestro canal de Youtube LAS OVEJAS DE MICA TV suscríbete y recibe nuestros vídeos diarios.