Dejar de beber por si solo
En primer lugar, porque un enfermo alcohólico tiene muy escasa confianza para confiar en sí mismo.
Por otra parte, subjetivamente (visto por nosotros y no desde fuera), tendemos a minimizar y restar la gravedad que realmente tiene.
Pero hay muchísimos motivos para dejarse ayudar: Los enfermos pensamos que todo nos pasa sólo a nosotros y que nuestro problema es el más grande. La relación con otras personas que padecen la misma enfermedad le puede ayudar a darse cuenta de que él no “goza de exclusividad”.
También porque es una enfermedad que toca todos los palos: físico, psicológico y social. En algún momento habrá que recurrir a un profesional especializado para las distintas fases del proceso de recuperación (desintoxicación, deshabituación y reinsercción)
Porque necesita guías y estrategias para mantenerse.
Siempre he defendido que dejar de beber puede resultar hasta fácil. Lo difícil es mantenerse.
Por último, para abreviar, porque si realmente se quiere dejar de beber se debe estar dispuesto a no hacerse trampas y auto-engañarse más. La visión de otros pueden advertirte cuando lo haces.
¡Déjate ayudar. No vayas por libre, porque aunque haya personas que lo consigan, las posibilidades de fracaso se multiplican por mil!