¿Dejar de beber para conseguir resultados inmediatos? ¡Te has equivocado de proceso!

No sé si se entiende que cuando se deja de beber por padecer alcoholismo, se hace por tener una enfermedad y no por una meta o un fin concreto.

Creo que ya, partiendo de la última premisa, la recuperación no puede ser nunca auténtica y personal sino más bien condicionada por la búsqueda de resultados, por demostrar, por ego o apariencia, o simplemente porque nos ha entrado un miedo repentino y temporal que está condenado a desaparecer en breve, ya que el alcohol siempre es y será más poderoso y sólo es cuestión de tiempo de que nos vuelva a «convencer».

Me canso de insistir y repetir en que el alcoholismo no es una gripe o un resfriado en que con un tratamiento normal vaya a desaparecer al cabo de un tiempo. El alcoholismo es crónico e irreversible y, cuando una persona llega a esa fase o estado, no tiene más remedio si quiere volver a vivir que aceptarlo, asumirlo, y afrontarlo.

¿Qué sea crónico es motivo para desistir del intento o desanimarse? ¡No, todo lo contrario! Paradójicamente, el alcoholismo es una enfermedad que si se trata, se estabiliza, y se controla siguiendo un proceso, … es muy agradecida.

Siempre que el consumo prolongado o el abuso no nos haya dejado secuelas o trastornos asociados más graves, existe la posibilidad de recuperarse plenamente y alcanzar un estado de estabilidad y bienestar y al mismo tiempo conseguir alcanzar un crecimiento personal y la posibilidad de recuperar esa vida que se apagó o nos dejamos en cualquier barra de un bar o dentro de una botella.

» ¿Si dejo de beber todo me irá bien y alcanzaré mis objetivos?» – se plantean algunos enfermos al comenzar el proceso de recuperación. Es, como si de algún modo, no se le diera importancia ni se tuviera conciencia plena de que se padece una enfermedad y que simplemente se trata de un «quid pro quo» (hago esto para conseguir aquello).

No, la cosa no funciona tan simple. El proceso de recuperación no es un negocio donde si la empresa va bien hay beneficios, no es un tratamiento en el cual se te garanticen recompensas ni aplausos por hacer lo que se debe. El hecho dejar de beber, para un alcohólico, es necesario pero nunca suficiente.

Cuando has enfermado, las consecuencias del consumo sólo son la punta del iceberg. Para llegar hasta ahí, hay mucho reprimido, mucha angustia, mucho dolor y sufrimiento, muchas conductas erradas, mucho daño colateral, mucho que sanear, … mucho escondido y sumergido.

No concibo la recuperación alcohólica como un proceso en el que haya resultados inmediatos por lograr mantenerse en abstinencia, porque si padecemos esta enfermedad y nos hemos creado una necesidad imperiosa de consumir para poder sobrellevar nuestra propia existencia, significa que hay mucho que trabajar, trabajar, y trabajar.

No nos creemos falsas expectativas y sigamos engañándonos. Dejemos de beber, dejemos que nos ayuden, sigamos un tratamiento profesional … y después, cuando nuestra mente sea nuestra mente y no la intoxicada, ya solucionaremos cosas del pasado e iremos recomponiendo un futuro. De momento … trabajemos el presente.

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.