De la soledad no se huye con el alcohol, consumiendo tenemos soledad en compañía.

No por mucho ruido, jaleo, juerga, fiesta y compañía que tengamos significará que estamos menos solos.

La soledad te consume por dentro y el error que cometemos es buscar aliviarla desde fuera.

El consumo abusivo o de sustancias que distorsionen nuestra realidad o mantengan «anestesiadas» nuestras emociones siempre es un escape temporal inútil.

Cuando comenzamos a enfermar necesitamos siempre tener compañía para apaciguar nuestra ansiedad. Recuerdo que muchas veces tenía que dormir con la tele puesta cuando estaba solo en casa después de una borrachera o resaca porque tenía pánico al silencio.

Todo ese «jolgorio» y run run que nos acompaña durante los abusos y excesos de alcohol no son más que simples escudos de hojalatas o muletas para apoyarnos. Ese ruido, esa compañía solitaria nos evita pensar en nuestra amargura.

Pero al final, por mucho que te rodees de gente, por mucho que bebas para huir de ti mismo … tendrás que acabar por enfrentarte a ti. Y sientes una profunda tristeza, soledad o similar, descubrirás que el alcohol funciona con trampa: Primero te calma para que una vez te ha atrapado incrementar cualquier emoción o pensamiento.

El alcohol nunca es la salida.

El dicho es que vale más solo que mal acompañado, pero yo preferiría en un escalón más profundo, que vale más solo que tener soledad en compañía.

Sólo enfrentando y afrontando podrás vencer tus miedos y liberarte.

Deja un comentario

Debes iniciar sesión para escribir un comentario.