Cuidadito con la mala memoria
¿Obsesionado? ¡No, no por favor, llámenme «concentrado»!
Nunca, nunca, pero nunca,nunca,nunca … hay que perder la referencia ni el sentido de la orientación si padecemos alcoholismo.
Precisamente «la mala memoria», esa mala actitud que tenemos de olvidarnos tan rápido del sufrimiento propio y el padecimiento que hemos creado con nuestra conducta y comportamiento los años que hemos estado en activo (consumiendo), es el principal motivo de recaída o regreso al infierno.
Si durante la recuperación asoma la soberbia, el orgullo, la prepotencia, y la falta de humildad … vale más que regresemos a la casilla de salida y volvamos a comenzar.
No hay peor pecado para un alcohólico que la soberbia de creerse curado.
Por eso, el reflexionar y mantener «fresco» el recuerdo de lo que fuimos no tiene por qué convertirse en obsesión, pero tampoco perder la concentración.
A buen entendedor, pocas palabras.
Simple y llanamente: ¡Cuidadito con la mala memoria!
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Y cuidadito si vas bien.