Cuestionarse si se está enfermo ya en sí es un síntoma de alcoholismo.
En el momento que te comienzas a hacer preguntas, a plantearte si tu consumo es adecuado o no, si tal vez estás abusando o consumiendo con mucha frecuencia, si las cantidades son muchas …, algo ya no funciona.
Nadie se cuestiona algo de lo que no duda.
El gran problema del consumo de alcohol de esta sociedad no es el consumo en sí, sino la modulación de normalidad que se le da.
La tendencia instintiva es compararse con el consumo de los demás y preguntarse si nosotros lo hacemos «normal» o nos estamos pasando. Pero, ¿Qué es normal?
La creencia de «consumo normal» es un termómetro estropeado. Un baremo inadecuado para hacernos un auto-diagnóstico casero y saber realmente si lo hacemos bien o no.
Quién realmente tiene dudas si es un bebedor o está enfermo por consumir, descubriendo si ha cruzado esa extremada y delgada linea entre el bebedor y el enfermo, que comience por dos preguntas básicas:
¿Tengo consecuencias por beber alcohol? y ¿Bebo por placer o buscando un efecto?
En caso de tener consecuencias por el consumo e ir buscando del alcohol un efecto y no el placer de consumirlo, yo ya sí me plantearía pedir ayuda profesional.
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Buenas tardes, cuando yo comence preguntarme si podia tener problemas con el alcohol, ya estaba mas que encerrado en la carcel de la botella.Leer más ..