Cuando se disparan las alarmas
Enfermar de alcoholismo es un proceso largo pero muy elaborado. Nunca lo hacemos de repente,sino que hay indicios que ya delatan progresivamente un cambio en nuestra persona y en la manera de interaccionar con los demás.
Estas señales no dejan de ser alarmas de que algo no funciona bien.
Percibirlas cuando el consumo es en exceso y exagerado,resulta sencillo. Un abuso constante y frecuente desde luego no nos presagia un buen final.
En cambio,hay otro tipo de detalles que pueden pasar desapercibidos por su lentitud y capacidad camaleónica de adaptarse al ambiente disfrazándose de «normales» que en realidad son advertencias muy peligrosas que de que el modo de consumir ya no es sano,moderado,responsable,ni tan siquiera placentero.
Lo primero a lo que yo le daría mucha importancia es a la forma de relacionarse con los demás:Si la persona que bebe ya sólo quiere ir con gente como ella,que consume,y poco a poco va dejando de lado o distanciándose de grandes y buenos amigos porque no beben como él. Lo mismo si es al contrario,que no quiere relacionarse con nadie poniendo excusas de que no le caen muy bien o no los soporta y prefiere aislarse para poder beber a su antojo sin ser recriminado.
Otra «señal» es el creerse que «se lo merece». La bebida se ha convertido en un homenaje y recompensa a su duro esfuerzo diario. Él está firmemente convencido que aunque beba mucho y con frecuencia,no está haciendo nada malo o perjudicial porque se ampara en que «cumple» con sus obligaciones.
Luego está la dejadez: Ese abandono no sólo físico sino también psíquico. El que comienza a enfermar,poco a poco va abandonando su estado y a descuidarse sin importarle nada. Aquí podemos incluir el sedentarismo (estar tirado todo el día,inactivo,en el sofá viendo cualquier cosa en la tele,etc.)
A nivel psicológico,la enfermedad se delataría más por ese desencanto y desilusión de todo y todos. Pérdida de interés,curiosidad, e inquietudes.Poco a poco la angustia le invade y se apodera de él. Llevar lo que se dice una «vida plana».
Por último,acabando este resumido recorrido de las alarmas más significativas,está el principal:No querer hacer nada ni realizar ninguna actividad si no hay alcohol presente.» Si no hay alcohol…me aburro o no voy» Esta ya es la máxima expresión de lo importante en que se ha convertido en su vida la necesidad de consumir. Esto ya no es una alarma,es un síntoma evidente.[youtube]https://youtu.be/sct0-7rs2zY[/youtube]