Cuando necesitamos beber

Cuando beber ya no es un hábito simplemente, una costumbre, un acompañamiento o una alternativa a momentos de ocio y diversión, sino que se ha convertido en una necesidad imprescindible en cualquier contexto … hemos enfermado.

De las ganas y deseo a la necesidad imperiosa se cruza por medio la enfermedad.

Necesitar beber para …, ya es en sí enfermizo. Necesitar alcohol para celebrar o para sobrellevar los disgustos o adversidades es algo más que un simple depender.

No todos los bebedores de alcohol se convertirán en alcohólicos pero si todos los alcohólicos necesariamente antes serán consumidores.

Ya sé que es una máxima muy lógica y evidente pero a pesar de saberlo todos, cada día vamos cayendo poco a poco muchos, como en mi caso, que nos creíamos intocables y que nunca nos sucedería a nosotros.

Nadie empieza a ir de marcha y al mes ya es un enfermo alcohólico crónico e irreversible. Todos pasamos por un proceso. Y, aunque esta enfermedad sea muy traicionera y tramposa, tiene una ventaja sobre la mayoría: Siempre nos avisa.

La enfermedad nos advierte, nos alerta, nos delata a través de conductas y comportamientos consecuencias del consumo de que algo va mal, que comenzamos a beber más de la cuenta, con más frecuencia, y con menos control.

A pesar de ello, convirtiéndonos en bebedores con riesgo, …seguimos bebiendo.

Si bebemos, que al menos al llegar a un extremo límite, no dejemos que el alcohol nos venza y se convierta en una necesidad.