Cuando los mal@s son en realidad los buen@s

Nada es lo que parece

Todos hemos fantaseado muchas veces con ver el desenlace de algunas historias en especial,en las cuales sabemos que no son como se cuentan,sino como son en realidad.

Tal vez hayamos visto muchas películas (Siempre afirmo que Hollywood ha hecho mucho daño) y esperamos un guión fijo:planteamiento,nudo,y desenlace.

El desenlace nos hace enternecer,sonreír,disfrutar. ¿Por qué? Porque al final se descubre todo.

Pero en la vida real…la cosa no funciona así. Muchas veces no hay desenlace y nos conformamos con mediocres frases hechas del estilo «todo se pondrá en su sitio» o «el tiempo nos dará la razón…»y otras similares.

En el submundo del alcoholismo (evidentemente en todos los que existe una dependencia por en medio y un interesado se encarga de manipular las circunstancias para modificar los resultados) el bueno es el malo en realidad,y el malo,ese que habla claro,directo,actúa con firmeza y nobleza,y no busca la aprobación interesada.

El «bueno» siempre tiene una versión y una excusa. El «malo» se ampara al quien calla otorga. Tristemente la bondad en una sociedad tan altamente deshumanizada y competitiva,no suele triunfar sino más bien pasar desapercibida.

Desde aquí,simplemente animar y dar fuerzas a todos aquellos anónimos que se han desvivido y desgastado para ayudar a personas que no querían ver,que estaban atrapadas en un bucle destructivo y el único resultado que han obtenido es el de ser etiquetados como culpables o responsables.

Mentiría si dijera que al final todo se sabe,porque en el alcoholismo existe una conspiración de silencio financiada por la complicidad de tantos y tantos consumidores que hasta que la sociedad no tome conciencia y de un giro radical…seguirá sucediendo exactamente lo mismo: Los buenos serán los malos y los malos los buenos.