Cuando los árboles no nos dejan ver el bosque

 

«¿Amas la vida? No desperdicies el tiempo porque es la sustancia de que está hecha» Benjamin Franklin

 

No sé si el ser humano es desagradecido por naturaleza,pero desde luego que sea feliz en general y fácil de ser satisfecho,lo tengo claro;¡No!

Es muy fácil hablar de personalidades adictivas,que siempre buscan más,que están insatisfechas,que son insaciables. Pero,¿Acaso no somos así la mayoría o el conjunto de personas?

Me planteo estas cosas porque observo que la recuperación alcohólica (la mía personal y la de mis propios compañeros) es tal vez lo más complejo que pueda existir a nivel mental.

Por una parte se «nos fija» el objetivo de romper con el consumo y la necesidad de él,pero por otra nadie nace enseñado a dejar de ser alcohólico (huelga decir que cuando me refiero a «no ser alcohólico» siempre lo hago a no ser consumidor,no a curarse)

Dejar de ser alcohólico no es sólo no beber alcohol,sino un proceso de reconstrucción y aprendizaje completo.

Y ese aprendizaje no nos viene a la edad biológica que marca la naturaleza,sino que suele hacerlo a la edad totalmente opuesta:cuando uno ya ha quemado muchas naves,viene de vuelta de muchas cosas,y lamentablemente suele haber consumido el mayor tiempo real de vida que se le ha concedido.

Tarea doblemente difícil: Romper con lo aprendido y aprender una forma de vivir que todavía ni siquiera hemos imaginado o podido visualizar.

Entonces seguimos los pasos correctos:sin prisa pero sin pausa,avanzamos en una sociedad alcohólica haciendo las cosas lo mejor posible para no cometer o repetir errores del pasado,e intentamos superarnos y mejorar como personas.

Tal vez esto último sea una «deuda moral» con y para nosotros mismos por las veces que dañamos indirectamente con nuestro comportamiento.

La cuestión es que nos trazamos un camino sin conductas que nos recuerdan o asocian a nuestro pasado consumidor. Éstas,principalmente eran la inmediatez,inconstancia,impaciencia,etc.

Es cuando los árboles no nos dejan ver el bosque (no somos capaces de valorar lo bien que lo estamos haciendo porque sólo nos fijamos en la exigencia de resultados inmediatos y dejamos de ver el conjunto de la recuperación en general)

Por eso,la firmeza y el compromiso en lo que se hace es más importante que las consecuencias que pueda aparentar. Porque el esfuerzo titánico de una persona que viene del infierno del alcohol por ser mejor,no tiene que ser evaluado  continuamente,porque esa presión puede desmotivar y desmoralizar.