«Cuando lleguemos a casa ya hablaremos»
Esta expresión se puede interpretar bidireccionalmente (en ambos sentidos): Desde la perspectiva del enfermo como la del familiar.
Desde el enfermo … ¡Atemoriza!. Es desafiante y amenazante. No quiero asociarla exclusivamente a la misma frase símbolo del maltrato (porque hablo de alcoholismo,no de malos tratos) aunque sin llegar a ese extremo,existe una connotación psicológica similar desde el momento en que el enfermo alcohólico la pronuncia.
Con esta expresión se pretende intimidar y evitar que la conversación o comportamiento que se está dando fuera de casa se extienda o vaya en aumento.
El temor del alcohólico es en realidad ser delatado o ridiculizado,porque la mayoría de enfermos tenemos doble o varias caras,y la que más nos importa es la de aparentar ser encantadores y sociables. Por eso,cuando nuestra «reputación externa» está en peligro,enseguida reaccionamos mal.
Por otra parte,si es el familiar quien la dice,por norma la pareja o acompañante,es porque seguramente en esos momentos se está conteniendo ante la impotencia de querer expresar lo que piensa o siente y está esperando poder llegar a casa para estar a solas y recriminar o reprochar esas conductas inadecuadas propias del exceso,abuso,o pérdida de control del consumo.
De todos modos no seamos hipócritas o hagamos ver que no nos enteramos,porque todos sabemos que el alcohólico,por norma,en la calle es encantador y en casa,de puertas hacia adentro, se convierte en otra persona muy distinta.