Convencimiento.
Convencimiento, convicciones, compromiso, … firmeza.
No es cuestión de tratamientos o terapias simplemente, aunque ellos sean imprescindibles, sino de ideales que uno mismo mantenga ante toda adversidad o amenaza.
El miedo nunca es un buen amigo ni compañero del bienestar. Es incompatible vivir con miedo y a la vez ser feliz.
Cuando nos decidimos a dejar de consumir, dando con ello el gran paso de nuestra vida, no es suficiente iniciarlo sino más bien mantenerlo.
Los enfermos alcohólicos tenemos muchas asociaciones y condicionamientos con el consumo, engañándonos la mente y haciendo trampa al sacar siempre falsos recuerdos o sensaciones confusas de gratificación y recompensa. Nos acordamos de «lo bueno» olvidando la mayor parte de esa trayectoria; lo malo.
Ante cualquier problema o pequeño obstáculo nos dirigimos al baúl de los recuerdos vitales y rebuscamos entre los de la botella para preguntarnos si realmente no estábamos mejor bebiendo o drogándonos. Es muy típico ese pensamiento cuando se lleva poco tiempo.
Si a la gente normal (que tengo la convicción firme de que no existe nadie normal) ya les cuesta sacar adelante sus temores, obsesiones, manías y películas, más todavía los que tenemos algún tipo de dependencia en la que al no recurrir en busca de apoyo, nos sentimos solos y desamparados.
Ese miedo de «no podré, no lo conseguiré, no seré capaz, no soy fuerte, …» es la puerta trasera de vuelta al consumo y a ese submundo de consecuencias negativas que arruinan y destruyen nuestras vidas.
El único remedio que hay contra el miedo es afrontarlo sí o sí, pase lo que pase. Cuando nos damos cuenta de que las consecuencias por afrontar el miedo siempre son mucho menores que las que nos produce el consumo, es cuando superamos esa barrera que nosotros mismos nos hemos inventado y establecido para no crecer, evolucionar y alcanzar el bienestar.
El convencimiento de que uno lo logrará y sabrá gestionar esa «pérdida» del consumo para luego ganar la recompensa de aprender a vivir, es lo que hace mantenerse firme y lograrlo.