Contemplación
Si tuviéramos que decidirnos por una decisión fundamental para ponernos en recuperación esta sería cuando aceptamos y reconocemos que tenemos problemas de alcohol y necesitamos ayuda.
Este gran paso de gigante considerado como el pilar básico para emprender un tratamiento, necesita de un antes y un después:
Un antes es a lo que llamamos contemplación, donde uno sabe que el alcohol le está destruyendo y que debería hacer algo, pero sigue consumiendo y no se decide a dar el paso.
Un después, cuando una vez reconocido que el alcohol nos ha vencido, machacado y derrotado, llega el momento de eliminarlo físicamente y secar nuestra mente empapada de alcohol por años y años de consumo prolongado, de abuso o de episodios de pérdida de control.
Todo esto debe hacer dejándose en manos de especialistas o personas competentes para ello que harán que nos desintoxiquemos. La desintoxicación es también muy importante. Sería el tercer paso de gigante después de la previa contemplación y la decisión de reconocer la enfermedad pidiendo ayuda.
Pero ahí no termina la historia, sino que comienza: secamos la mente, nos abstenemos, permanecemos temporalmente sin consumir y vuelve el engaño o trampa más importante que hay que sortear: cuando nos decimos a nosotros mismos que si hemos sido capaces de estar un tiempo sin beber, eso significa que hemos aprendido a hacerlo y fantaseamos con la idea de que tal vez ya estemos curados y en un futuro podremos continuar haciéndolo porque ya sabemos controlar.
Es aquí cuando somos capaces de entender y comprender que esa idea no es más que un engaño.
El alcohol sigue llamando a nuestra puerta con más insistencia que nunca y, es entonces, cuando decidimos ponernos en tratamiento apoyándonos en otras personas que nos pueden ayudar.
Sigue el vídeo pinchando en el enlace