¿Conflicto-Reconciliación?; ¡Vaya gilipollez!

«Yo te la hago, tú me reprochas, yo me disculpo, tú me perdonas, nos volvemos a querer mucho, vuelvo a beber y a comenzar otra vez …»

Esa es la historia interminable del «amor alcohólico»: Un amor a tres bandas en el que la botella siempre tiene la mayor fuerza y dominio.

Nunca he entendido esta tontería de afirmar qué más me gusta de las discusiones, son las reconciliaciones. No considero a eso amor sino dependencia. Un bucle muy peligroso que un día u otro acaba por estallar.

La dinámica del alcohólic@ es esa: Juega con la baza de los sentimientos y la manipulación de los mismos. Sabe siempre hasta adónde puede llegar porque tiene estudiado muy bien el perfil psicológico de los que le quieren.

Por esa razón, es cuestión de tiempo que esta relación donde está la botella de por medio, acabe separando y enemistando a los de alrededor. El alcohólico conseguirá «asignar» un rol diferente a cada uno de ellos: El facilón, el duro, el que me ignora, el malo,…

En cuestión de pareja, cuando el amor sale de la familia y es cosa de dos (que nunca lo es porque siempre existe un trío al estar la botella), la situación es más manejable:  ¿Quiero beber pero tengo oposición …? ¡Creo el conflicto! Ese conflicto me da la excusa perfecta para justificarme e irme a consumir. Cuando regrese ya calcularé o tramaré que estrategia utilizar porque siempre me ha funcionado.

Así podemos funcionar años, incluso vidas enteras. Vidas que arruinamos prostituyéndonos emocionalmente por unas copas.

Esta enfermedad no es cosa exclusiva del enfermo, sino de lo qué y quién se le permite a él. De ahí la importancia de comprender que todas esas palabras, buenas intenciones, deseos de cambio, promesas, y falsas expectativas en general, no son más que trucos, artimañas, y recursos para satisfacer la necesidad enfermiza de consumir, nunca por amor.

 

3 Comments

  1. Elena Guisado en Facebook el 22 febrero, 2016 a las 7:10 am

    Yo cuando consumía no me importaban los demás,en realidad no quería a nadie.La reconciliación era simplemente otra forma de manipular por no estar sola y sentirme mejor.Leer más ..

  2. Martin James en Facebook el 22 febrero, 2016 a las 7:14 am

    Eso del bucle pelea-reconciliacion no lo he entendido nunca en una pareja, si quieres a una persona y hay algun enfado o cosas que no te gustan de la otra persona, lo dices y se habla, se tienen que limar asperezas y luego ver si hay cambios y sLeer más ..

  3. Marga Martorell Riera en Facebook el 22 febrero, 2016 a las 7:53 am

    En cuestión del alcohol, llega un momento q ese juego a tres bandas ya no vale, para q creean en tu verdadera rehabilitación sólo juega a tu favor «demostrarlo» tus hechos, cambios, tus reacciones, sólo así y muy lentamente y con mucha cautela vLeer más ..

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