Confiar en el poder de convicción
La convicción,la seducción,la manipulación,y todas las demás «artes embaucadoras» de los enfermos alcohólicos….,afortunadamente se agotan.
La gente de alrededor puede parecer tonta,hacerse la tonta,imitar incluso una actitud de tonta,pero no son tontas.
Mantener la esperanza de que siempre habrá alguien a quien engañar es propio del egoncentrismo y soberbia del enfermo.
Tarde o temprano esta enfermedad brota por algún lado.
Confiar en nuestra sutileza y capacidad de encantar y conquistar,para continuar haciendo lo que nos da la gana,especialmente beber,es un recurso que pierde intensidad con el tiempo.
Afortunadamente si algo ha cambiado en el mundo es la capacidad de aguante y de soportar obligadamente a alguien. Probablemente la información,el ritmo que impone la vida,el egoísmo provocado por el «sálvese quien pueda» que ha transformado esta sociedad en el nuevo orden y cambio generacional,hace más sencillo que las personas no caigan en el engaño.
Por decirlo de otro modo,si las formas de consumir han cambiado,…la codependencia también. Está claro que en lazos de sangre la unión se hace mucho más estrecha (hijos,padres,hermanos,…) pero en lo que se refiere a parejas o personas que conviven con nosotros pero realmente no les une nada excepto su voluntad de hacerlo significa que ese «poder de convicción y seducción» probablemente sólo funcione las primeras veces pero cuando acaben por descubrir quiénes somos y cómo nos comportamos por culpa de los consumos,esa relación menguará progresivamente hasta desaparecer.
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Normalmente hemos siempre tenido un poder grande de conviccion sobre las personas debido a la necesidad de beber, la gente que no sean familiares se cansan con el tiempo y tiempo cosanguineos.Leer más ..